

Hubo suerte y enseguida le salió una adoptante (pero que no podía recibirla hasta dentro de 2 semanas) y una casa de acogida.. Y Lúa salió por fin de Etxauri.. Y en apenas 24 horas no era ya la misma perra. "Pensamos que tenía leishmania sí o sí, y dimos botes de alegría cuando el resultado fue negativo. Los "agujeros" en la piel, de los propios huesos, te dejaban ver el hueso. Uno de ellos el más profundo, hasta tenía gusanos... Nos dijeron que cuando engorde se le podrá sedar y grapárselos porque ya tienen tanto callo que no se van a cerrar solos".
Pobre Lúa, en los cuatro años de su corta vida ha tenido cuatro dueños cazadores. Una perra muerta en vida, todos los huesos visibles...



Pero seguro que las cosas pasan por algo y realmente su verdadera familia todavía no se ha cruzado en su camino. Lúa está ahora en otra casa de acogida recuperándose.. esperando "su familia"..

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